Antes de que Kojima nos dijera que los mensajeros eran los héroes, ya otro juego nos había mostrado que un humilde cartero puede cambiar el mundo. En Yoku’s Island Express.
CONTACTO INICIAL
En otra reseña les había contado que debí pasar un año de mi niñez con un cartucho de Family terriblemente malo. De lo poquito que rescato de ese casete fueron unos juegos sencillos muy Arcade.
Uno de los pocos juegos que recuerdo de esa época es el Pinball de NES. Una serie de pantallas con fondo negro en donde el objetivo era lograr el mayor puntaje posible evitando que una manchita de pixeles se saliera de la mesa virtual. Este tipo de juegos se quedaron conmigo y me alegra mucho que sobrevivieron a los tiempos actuales.
Cuando un vídeo de indies de Nintendo me dijo que Yoku’s Island Express era una apuesta que amalgamaba metroidvanias y pinball, no tuve más que ponerlo en mi lista y comprarlo cuando pude.
HISTORIA
Yoku es un pequeño escarabajo pelotero que tiene el trabajo de cartero. Llegó a su nuevo puesto en la isla de Mokumana. Entregando las cartas se entera de que los residentes de la isla son infelices, están peleando entre si y piensan que los otros habitantes son los responsables de su infelicidad.
Con su ir y venir, entregando paquetes, Yoku descubre que el espíritu guardián de la isla está en peligro y debe lograr la ayuda de sus clientes para salvarlo. Así es como un pequeño escarabajito trabajador terminará convirtiéndose en el héroe de Mokumana.
JUGABILIDAD
Ya les adelanté que estamos ante una mezcla entre pinball y metroidvania. Controlamos a Yoku quien no puede saltar y trae una pelotica blanca siempre junto a él. En los múltiples caminos de la isla encontraremos rampas, paletas y trampolines. La pelotica rebotará contra estos obstáculos y debemos golpear a nuestro héroe, con todo y balota, para que logre superar sectores del mapa.
Al principio tendremos muchas zonas inundadas, bloqueadas con maderos o con enemigos que no podremos franquear, pero al ir cumpliendo entregas ganaremos habilidades para avanzar, como: resistir bajo el agua, atraer enemigos para que se muevan del camino, capturar babosas explosivas y muchas otras opciones que harán los tableros de pinball más divertidos.
El escenario también guarda zonas secretas que nos sirven para ganar fruta, que es la moneda del juego y con la cual compraremos mejoras para Yoku, desbloquearemos secretos o abriremos puertas. No tenemos vidas o game over, en su lugar, cada vez que nos caigamos o fallemos secciones de pinball perderemos fruta.
El juego es bastante abierto. No nos marcan más que un objetivo y aunque hay un mapa, la ruta muchas veces está cubierta por nubes hasta que recorramos las diferentes secciones de la isla.
Algunos niveles cerrados funcionan como un tablero de pinball y sólo se abrirán cuando logremos golpear algunos puntos en específico, esto puede frustrar a algunos jugadores que no gusten de la mecánica, pero afortunadamente estas zonas están distribuidas entre zonas de plataformas o de conversaciones.
Cuando logremos revelar una parte del mapa se activará un sistema de viaje rápido que nos evita volver a pasar por zonas que no queramos.
GRÁFICOS
El motor del juego fue desarrollado por Villa Gorilla específicamente para este juego. El escenario y los personajes parecen pintados a mano con una estética muy particular. Los personajes tienen ojos pequeños y separados o barrigotas prominentes. En alguna medida me recuerdan a los juegos de Rayman.
La paleta de colores aplicada es muy rica y variada, con fondos que van desde bosques con agua cristalina, parajes nevados o desiertos que parecen espejismos. Hay muchos juegos de texturas y algo de desenfoque que añade a la sensación de profundidad al escenario.
Las zonas de pinball pueden ser algo monótonas pues para marcar los límites o carriles de la bola se limitan los colores del resto del juego. Si te quedas atascado en una de estas secciones podrá sentirse algo repetitivo o monótono.
SONIDO
Imaginemos un Ukelele sonando de fondo y a unos insectos tocando trompeticas mientras avanzamos.
La música es desenfadada y evoca unas vacaciones en una paradisiaca isla de la polinesia o el Caribe. En algunas ocasiones me sentí como en los 90’s, jugando los clásicos Donkey Kong Country por sus melodías pegadizas y variadas.
Así se siente gran parte del juego. Además muchos sonidos graciosos complementan nuestro movimientos, como los pasitos en puntitas de Yoku o los gases que salen de alguna babosa explosiva.
COMENTARIOS FINALES
Yoku’s Island Express es una agradable sorpresa que logra una la mezcla exitosa de dos géneros que a primera vista parecen no tener mucho en común. Con controles muy adecuados, gráficas y sonido que le dan una identidad propia, estamos ante un buen juego de verano.
Si te gustan las mecánicas de pinball lo disfrutarás a cada paso. De lo contrario es mejor que lo pruebes un poco antes de pagar el precio completo. Si bien no todo es pinball y tendremos plataformas clásicas, el juego nos obliga a superar retos de puntos o golpear zonas con los boompers muy típicos de las máquinas.
El juez Goomba dice... ¡Comprable!
Yoku’s Island Express fue desarrollado por el estudio Sueco, Villa Gorilla, y fue lanzado en Nintendo Switch, Microsoft Windows, PlayStation 4 y Xbox One en 2018. Se encuentra a bajo precio en formato digital para estas plataformas.
Calificación 8/10 babosas explosivas pegajosas.
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