Entre juegos raros uno, que si bien no es del todo original, resulta de la combinación de lo más suigeneris de un juego de acción de plataformas y un simulador. Hoy hablaré de Actraiser para Super Nintendo.
CONTACTO INICIAL.
Muchas personas toman malas decisiones por expectativas mal infundadas, otras tantas hacen juicios apresurados y por eso se pierden de cosas buenas o interesantes. Después de esta introducción de filósofo no titulado, debo decir que esto precisamente es lo que me pasó con el juego del que hablaré hoy.
Hace unos años usaba las salas de "maquinitas" para probar juegos y ver si me interesaba comprarlos para mi SNES. probando entre varias opciones escogí ActRaiser porque tenía el logotipo de Enix en la portada. Enix era una compañía que hacía muy buenos juegos, sobre todo RPGs que me empezaban a gustar por aquellas épocas.
Pues me dispuse a jugar mi RPG…pero no era un RPG...era un juego de plataformas con un "mono" (entiéndase persona rubia) con una espadota y luego una sección de armar casitas. No lo entendí y pedía cambio.
El caso es que luego de tener mi propia Super y después de tantos años me reencontré en alguna página con el juego del "mono". Para mi sorpresa decían que era un juego de aquellos que llaman joyas ocultas…pero eso no era lo que yo recordaba…entonces procedí a investigar un poco y me decidí descargarlo en la consola virtual de Wii.
HISTORIA
Pues para variar el mundo está en peligro, unos demonios están amenazando a los pobres ciudadanos del mundo. Un angelito nos cuenta que lo que sucede es que somos un dios que perdió sus poderes ante una criatura maligna y para recuperarlos necesitamos que las personas oren en nuestro nombre. Así nos disponemos a darle poderes a una estatua de un guerrero para acabar con las criaturas que atacan a los humanos.
Al ganar volvemos a nuestro templo en el cielo para hacer milagros y lograr que los humanos no alaben y con eso "El maestro" recupera más poderes en su carrera apra derrotatr al malvado demonio y asus capitanes que controlan el mundo
Por su cargado imaginario y nombres muy relacionados con la teología judeocristina el juego tuvo que cambiar varios nombres de criaturas y personajes entre su versión japonesa y americana. Por eso en América estaremos enfrentando a Tanzra y en Japón al diablo mismo.
JUGABILIDAD
El juego maneja dos fases muy diferentes en jugabilidad. La primera es, como lo había comentado previamente, un juego de plataformas en el cual nos abrimos paso a punta de espada y algunos hechizos del guerrero. Al final de cada nivel de este estilo hay un jefe de área que normalmente se mueve en algún tipo de patrón hasta que le quitamos toda su energía.
La segunda parte es quizás la más importante en cuanto a duración y es un juego de estrategia y construcción, similar a
SimCity, en el cual nuestro angelito hace las veces de cursor y por medio de él impartimos órdenes a los aldeanos o combatimos criaturas que amenazan el pueblo.
Aquí las opciones vienen desde elegir zonas para que los aldeanos construyan hasta desatar catástrofes naturales como rayos, volcanes, terremotos. También podemos entregar bienes o mejoras a las personitas que algunas veces nos rinden culto entregándonos cosechas o artefactos mágicos que hayan encontrado...pero lo que siempre tendrán los creyentes es peticiones y peticiones…desde destruir un monstruo, limpiar un río hasta entregarle un pan a un pobrecito ciudadano perdido.
Los controles son correctos, pero siempre dejan alguna sensación mixta, pues en el modo de plataformas el personaje es algo tieso, sus golpes son instantáneos y se tarda algo en poder dar otro. Lo que hace que si nos precipitamos en lanzar una estocada quedaremos desprotegidos y el enemigo nos golpeará. Algunas plataformas son inmisericordes y si fallamos, caeremos un trecho largo que nos hará volver a escalar y los enemigos, que habíamos eliminado previamente, reaparecen para hacernos el ascenso tan complicado como antes.
En la sección de simulación los controles son adecuados. Pero para alguien acostumbrado a controles de apuntar o a un mouse pueden parecer algo arcaicos.
GRÁFICOS
De nuevo el juego se divide en dos partes muy diferentes. La parte de plataformas es muy detallada, con nuestro guerrero siendo un sprite grande y colorido, al igual que los escenarios que cuenta con varios planos moviéndose al fondo. Hay torres oscuras con la luna de fondo y varias nubes moviéndose. A medida que progresas en el juego estas escenas se tornan cada vez mejores y más impresionantes.
La parte de simulación es mucho más plana y la belleza está en los pequeños detalles. Podemos ver a los diminutos aldeanos de pocos pixeles construir sus casa, sembrar sus campos, salir a navegar y en algunas ocasiones hacer círculos de oración para ayudarnos a sellar un portal del que salen criaturas malvadas.
No son las mejores gráficas del sistema en ninguno de los dos tipos de juego, pero cumplen bien en conjunto.
SONIDO
Pues como en todos los otros puntos son bien diferentes entre uno y otro tipo de escena. En las escenas de acción son tonadas rápidas, muy del estilo de los juegos de la época, con leves cambios cuando combatimos los jefes. Aquí participa el mismísimo Koshiro quien hizo la banda sonora de Streets of Rage con resultados sobresalientes.
En el modo de simulación la música es algo más lenta y dulce. Creo que algunas veces bajé el volumen pues no iba muy a la par de las acciones, ya que yo estaba intentando que no raptaran a los pixeladitos diminutos y el juego tocaba un minuet.
COMENTARIOS FINALES
Definitivamente un buen juego. Pero claramente no es para todo tipo de jugadores. No lo recomendaría a menos que sea a alguien a quien le gusten los juegos de simulación, pues el tiempo invertido en este aparte del juego es mucho mayor que en las partes de acción.
Sin ser más … Amén.
El juez Goomba dice...¡Comprable!
Desarrollado por la extinta Quintet y publicado por Enix en 1990, se convirtió en uno de esos juegos que subió de precio en su cartucho original. Desafortunadamente no hay otras opciones para jugarlo pues Square Enix lanzó un remake en plataformas digitales actuales.
Valorado en 8/10 estatuas abandonadas.
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