La gente de
SORA y “Don Sakurai” le ponen mucho empeño a su labor, eso no se debe dudar, tanto que me han logrado convencer de comprarles un segundo contenido
descargable (de esos que tanto aborrezco), esta vez fue el “carismático Cloud”
de Final Fantasy 7 y su escenario, Midgar. ¿Habrá valido la pena el gasto?
En la crónica sobre la compra el DLC de Ryu para Smash, divagué un poco sobre los motivos de
nostalgia que me inclinaron a comprar ese personaje. Con Cloud pasa algo
completamente diferente…no he jugado Final Fantasy 7 hasta ahora, pero antes de
que alguien me llame impío o me lapide por esto, permítanme explicarles la
razón.
Cuando corría
el 2000 estaba estrenando mi PlayStation, esa consola gris grande que parecía
que fuera a despegar al leer tanto disco pirata, la misma que posó de lado, de
cabeza y de perfil… en busca de aquel punto ideal para que no se quedara en la odiosa pantalla de inicio, que me hacía rezar (Dios…léalo, léalo…por favor lea
el juego).
Con la compra
de la consola me llegaron muchos discos “piraticas”…era lo que se acostumbraba…y
entre ese montón de juegos que nunca probé, los que nunca leyó, los que se
trababan, los que estaban mal grabados y dañaban partidas…estaban los cuatro
discos de Final Fantasy VIII. El último que yo había jugado era el FFVI y debo
admitir que las películas de presentación y convocaciones me hicieron abrir los
ojos como platos diciendo…estos si son gráficos…ya luego aprendí que una cosa
eran los gráficos del juego y otras las películas.
Si se dan
cuenta, me llegó primero el VIII que el VII y el asunto es que no disfruté el
VIII debido a su aroma a novela de los noventas, las cuales llegué a odiar por culpa de las
empleadas del servicio que tomaban el control del televisor y me obligaban a
hacer cosas inútiles como leer. (Alondra, Topacio, Kassandra, Celeste…como las detesto).
Para colmo, el
juego decidió que Yo no merecía ver el final…y entrando al cuarto disco, mi “Pley”
ya no quiso reproducir la telenovela de Squal y Rinoa, entonces decidí que eso
no era para mí y me alejé de todo lo que dijera “Final Fantasy” por mucho
tiempo…hasta que llegó el Final Fantasy Tactics de GBA a reanimar ese amor. Ese
es el motivo por el cual nunca me animé a probar FF7.
Cuando
anunciaron a Cloud, me sorprendí como todos, pero el anuncio no me hizo saltar del sillón, ni aventar mi dinero a la pantalla. En su lugar lo vi como una mera curiosidad y
extraña adición al plantel de jugadores, ya de por si lleno de espadachines. Pero Nintendo, que me conoce, decidió lanzar el último “Direct” de
Smash y le dio su tiempo a Cloud y más importante aún…a su escenario. Y digo
más importante pues para mí, que no conozco al tal Cloud, si me interesó ver a
los Espers que conocía del “Tactics” hacer magistral aparición modificando el
escenario. Ese fue el empujoncito que necesitaba y me animó a comprar el juego…además,
como soy un jugador normal (nada de competición, todo un relajo) voy a disfrutar
mucho con cuanta locura aparezca en la arena a desbaratar estrategias.
Después de
dedicar varias horas a jugar con Cloud en su escenario, puedo decir lo
siguiente. Este señor es un personaje sólido para quien le gusten los espadachines,
pero se ve algo deslucido al lado de la familia Fire emblem. Tiene muy buen
alcance, se recupera con relativa facilidad y tiene buenos ataques para
sacar al oponente del escenario. Su mecánica de cargar el LIMIT hace que en
lugar de perseguir al oponente decidas cargar el movimiento y buscar la
oportunidad de castigar con mayor contundencia…hasta aquí Cloud, vamos a
Midgar.
En un principio
el escenario puede aparecer como algo oscuro y hasta muerto, pues la ciudad se
ve al fondo sin mucha interacción, pero tan pronto empiezan a aparecer las esferas
de energía vas a ver a todos los jugadores corriendo tras ellas, pues quien las
obtenga ganará ciertas ventajas como mayor fuerza o inmunidad a los efectos de
los Espers.
Los espers aparecen
de manera espectacular llenado el fondo de color y luego lanzando sus poderes; Ifrit
enciende sus llamas y desbalancea la plataforma principal, Leviatán crea una
corriente que se lleva a los peleadores que caigan de escenario, Rahmu electrifica
plataformas, Bahamuth lanza un rayo que separa el escenario en dos, etc.
Lamentablemente
no todo es tan bueno aquí, pues como decía previamente, mientras no haya un esper,
Midgar se ve muy oscuro y simple y la música no ayuda, pues hay muy pocas
canciones (dos) a diferencia del escenario de Ryu que es una delicia a los oídos.
Otro motivo para correr a convocar los espers…evitar que sea un simple
escenario.
En resumen,
compré a Cloud porque venía con el escenario…y no al contrario y
definitivamente debe comprarse si tiene algún buen recuerdo de la saga.
Nota repetida
de la otra reseña: Smash puede ser un desmadre y tal vez ni siquiera sea un
juego de pelea, pero es puro amor.
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